Uno de los proyectos más significativos en mi trayectoria fue una editorial de moda en la que asumí la dirección de styling y colaboré en la conceptualización y el montaje de las fotografías. A pesar de las limitaciones iniciales, logré adaptarme a los recursos disponibles y conectar todos los elementos visuales para construir una estética coherente. Esta experiencia fortaleció mi capacidad para resolver creativamente bajo presión y reafirmó mi interés por la narrativa visual en la moda.

A lo largo de mi carrera, he aprendido que la investigación previa es fundamental en todo proceso creativo. Para mí, la armonía visual y la narrativa conceptual son esenciales; cada prenda debe tener un propósito claro y contribuir a una historia con sentido. El vestuario no solo responde a una función estética o práctica, sino que también refleja la identidad del diseñador y busca generar una conexión emocional con el público.